Es momento de cambiar. Cerrar el chat del tuenti y ponerse a empollar... Mis faltas residen en mi obsesión por controlarlo todo y no hacer nada por retenerlo.
Es hora de cambiar. Olvidar el pasado... ¿Qué más da que no pudiera tenerlo todo? Perderé a alguien y prefiero no perderlo como amigo. Siento una pasión arrolladora que me envuelve entre espejos empañados de sufrimiento y dolor... Una parte de mí se está marchitando poco a poco... Estas notas musicales me abruman.
Ya no sé ni qué escribir, estoy poniendo letras a pensamientos confusos y absurdos que no guardan relación entre sí. Quizá el no saber qué es lo que escribes te da fuerzas para continuar.
Mis dedos se mueven como las teclas del piano que escucho... Piano Piano al principio para luego subir en un crescendo atronador que desgasta mi tímpano y lo perfora con su verdad...
Pensamientos de incredulidad asolan mi memoria. Nunca me pasó nada parecido. Ahora que me pasa no puedo creerlo.
Les gusto a los dos pero no puedo elegirlos a los dos tal como me gustaría. No. Sé que con uno no va a llegar a ningún sitio... Sufriré. Pero si no lo intento no lo sabré. Eso es lo que me mata. La duda de qué pasará si no lo hago. Es una oportunidad que puede marcharse tan pronto como se me ofreció. Es tentadora pero tengo que pensar con la cabeza. Claro que soy joven, no tengo de eso. No lo uso aún...
<<¡Qué más da que mi corazón no pudiera guardarla! La noche está estrellada y ella no está conmigo...>> Decía Neruda
¿Qué debo elegir? Lo corto y pasional o lo posiblemente largo y no sé si carente de emoción... Mi cabeza se contrae del esfuerzo y frunzo el ceño con violencia ante mis dudas...
Son la cara y la cruz de una moneda. La noche y el día. El yin y el yan. Tiemblo de miedo ante mi futuro. ¿Qué es lo que me depara? ¿Seré tachada también de puta?
Amiga, no te enfades conmigo. No soy ambiciosa, no he buscado nada de esto. Ni si quiera quise tener algo con él.
-Y él me gusta. Pero no.
*¿Y por qué no?
-Porque no.
*Háblame.
-No sé qué decirte.¿Te cuento que mi alma se contrae del gran esfuerzo? ¿Quizá que odio que ya no me mires como antes, y que ahora lo hagas como si hubiera hecho algo malo? ¿Que estoy llorando ahora? ¿Que preferiría ser tú ahora mismo para no estar sufriendo? ¿Que preferiría no haber existido? ¿Que odio estar llorando ahora mismo? ¿Que me odio? ¿Que odio temblar? ... Podría contarte mil cosas... Pero sé que no me escuchas.
Las vacías cuencas de mis ojos se llenan de tristeza y malestar. ¿Es malo que te guste? ¿POR QUÉ ME COMPLICO TANTO? Y sin embargo hoy no ha sido uno de mis mejores días. No sé qué hacer.
Esa es mi gran duda. ¿Volveremos a vernos? Es posible que no.
Amiga no pienso hacerte eso. Sé que todavía sientes algo por él y no quisiera que nuestra amistad se fuera al garete por un chico...
No rindo en nada de lo que hago. Mis notas van a peor. Tendré que irme. Muy lejos de mi hogar. A un sitio desde el cual no pueda volver a casa siempre que quiera. La guitarra es uno de las pocas alegrías que me da la vida. Es un arma de doble filo en la que si haces bien las ejecuciones te sale una sonrisa y su melodía puede cautivar al más insensible. Cuando las notas salen de mi corazón, la melodía es tan melancólica y dulce que puede hacer morir de tristeza al más fuerte.
Mis ojos se cierran. Nada volverá a ser lo mismo.
Hoy es el día de cambiar. Cierro el ordenador durante unos días y así quizá vea las cosas más claras. Sé que engañándome poco voy a conseguir pero tampoco puedo hacer otra cosa que no sea eso. Cerrar los ojos y concentrarme en dios sabe qué nueva banalidad... El frío cala mis huesos.
Es hora de cambiar.
Es hora de cambiar.
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