Y busco ahora algo con lo que matar el tiempo, para no pensar en nada y desconectar. Eso funciona, ahora por todos los medios estoy desesperada por no oir mi voz interior que me grita una y otra vez: "Basta". Antes el tiempo era quien me mataba a mí. Era él quien llevaba la batuta que dirigía mi vida y mis actos. Ahora soy yo la que busco algo para matar el tiempo, sin saber que detrás de todo mi plan, el tiempo siempre acecha, siempre busca una oportunidad para lanzarse sobre mí y comerme como un bocado sabroso pero insuficiente. Siento ser una más en la larga cola del tiempo. Siento ser una pieza más de su juego. Por eso hoy quiero ser yo la que mate al tiempo y mate todo lo malo que conozco, para que así pueda descansar mi cabeza al menos hoy.Hace días que mi cabeza es un hervidero de pensamientos, hace días que allí se mezclan dos opiniones distintas. Hace días que esas voces se pelean y lo hacen tan fieramente que acabo agotada, sin ni si quiera poder concentrarme en otra cosa que no sea su discusión. Sé que esto me traerá consecuencias, lo sé. Pero también sé, que esto puede ser un reto para mí. Sí, por fin veo el lado positivo de algo. Yo, que soy una persona que en vez de ver el vaso medio lleno, lo veo medio vacío. Sí, yo. La misma que se mira al espejo todos los días y cuando ayer se miró, no se reconoció a si misma. Tenía una mirada triste. En las pupilas de esos ojos marrones se reflejaba la duda y la confusión. Vi que tenía una lucha interior, pero no pude ayudarla.
¡Y qué decir de su sonrisa! Si creo que ni si quiera sabía cómo sonreír... Estaba triste, abatida y agonizaba su felicidad. Sus labios formaban una línea recta y dura. Sus mejillas ahora estaban caídas y los hoyuelos que se formaban en ellas desaparecieron hace tiempo... Su mandíbula estaba dura y tensa. A veces creía que temblaban ligeramente sus dientes, como si estuviera a punto de llorar pero no pudiera, o no quisiera.Hay algo que conozco de la del espejo: su orgullo. Sé que no lloraría por nada del mundo y menos delante de alguien, aunque sólo sea ella misma. Conozco su fortaleza exterior, aunque por dentro la asalten las dudas y el malestar.
Pero todo eso desaparecerá con el tiempo. Desaparecerá cuando éste cure las heridas abiertas hace poco y cierre el corazón de una maldita vez y esta vez para siempre. Todo acabará cuando la hemorragia interior sane y la discusión entre pensamientos acabe. Por ese entonces la del espejo podrá sonreír abiertamente y sin miedo a que sus ojos se empañen de lágrimas o lo que es peor: de recuerdos.Sólo necesito un poco de tiempo para aclararme. Y también necesito algo en lo que concentrarme, algo en lo que distraer mi atención para que no vaya a sajar más el corazón... Necesito un descanso... Y la del espejo también lo necesita...
6-Septiembre-2010
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