Voy a adentrarme en el paraíso de mi mente, donde nadie puede penetrar, donde nadie puede decirme si algo está bien o está mal, donde mis ilusiones, junto con mis alegrías y mis deseos se unen para formar un pequeño sueño, donde el pasado no me atormenta, donde el presente, no me importa, donde el futuro, es incierto. Un mundo, donde las cosas malas son mis fobias y son pequeñas, donde cuando tengo obstáculos delante de mí lo que hago es crecer y saltarlos, porque el miedo en mis sueños no es tan grande como el de mi realidad, donde el temor a fracasar, sólo dura un rato, y luego despierto y suspiro tranquila porque esa pesadilla no ha sucedido en verdad.
Adoro mis sueños, porque son una manera de poner metas a mi vida, porque si los cumplo seré feliz, aunque eso es solo la teoría… Y ahora puede que mis sueños se hayan vuelto malignos, y ahora puede que mis pesadillas se hayan hecho realidad, pero sigo teniendo esperanzas de alcanzar mis ilusiones, porque mis ilusiones son fuertes, tanto como la vida que deseo tener.
Y mi coraza se ha hecho más fuerte porque la he construido con hierros de acero, y las malas palabras rebotan contra el escudo, donde los golpes ya no me duelen, donde la mala idea se apodera de mi ser, y por mucho que quiera decir que no tengo miedo, estoy atemorizada. Pero voy a intentar ser más grande que todos mis obstáculos, a pensar más en mi trabajo y menos en mis problemas, y mis líos poco a poco desaparecerán… Tengo que aprender a enfrentar mis cosas y a usar la cabeza y no dejarme llevar por el corazón o la razón, porque es imposible que me guíen…
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